La Terapia Neural es un tratamiento que procura que el propio organismo repare sus propios desequilibrios y sus procesos patológicos (auto sanación).
Es una terapia bioreguladoraque se genera a través de un principio de estimulo y reacción. El estímulo es una pequeña aplicación de un anestésico local llamado procaína, que se inyecta en diluciones bajas y en microdosis en puntos específicos. prácticamente no produce un efecto anestésico en esta aplicación, pero sí uno terapéutico que se mantiene en el tiempo.
Para entender la Terapia neural hay que saber que todo nuestro cuerpo está regulado por 3 grandes sistemas: el sistema nervioso central, el endócrino y el inmunológico, los cuales a su vez, se encuentran intercomunicados por una inmensa red. Esta red trabaja coordinadamente comunicándose mediante un gran número de neurotransmisores, hormonas y todo tipo de mensajeros. No hay célula de nuestro cuerpo que esté ajena a esta red, incluyendo a la piel. Todas trabajan con una gran coordinación e intercambiando información entre sí.
El que forma esta red y dirige toda esta información es el sistema nervioso autónomo o vegetativo (SNA), compuesto por los sistemas simpático y parasimpático .El SNA constantemente recoge información de cómo está funcionando cada parte de nuestro organismo y también recibe información de lo que percibimos sobre lo que pasa a nuestro alrededor, con sus circuitos reguladores hormonales, neurales y celulares, toma parte en todas las reacciones del organismo participando también de los procesos mentales y emocionales.
El SNA es el responsable de que se activen los mecanismos que tienen que ver con el estrés, y de todas las enfermedades relacionadas a éste, emitiendo descargas a través de su red (llamadas también ondas irritativas) que son las responsables de muchas afecciones.
De esta manera se puede comprender por qué cuando un paciente se enfrenta a una situación estresante, un disgusto o un duelo, se producen descargas irritativas desde el cerebro conducidas por el SNA (simpático – parasimpático), a cualquier otro órgano a través de la red. esto puede determinar una situación como puede ser una migraña, insomnio, agotamiento, irritabilidad, amenorrea (no menstruar), lumbalgia, contracturas musculares, bajas defensas (aparición de herpes, hongos vaginales o estados gripales reiterativos) o actuar como factor desencadenante del debut de un hipotiroidismo, una enfermedad autoinmune, fibromialgia, hipertensión, infarto, cáncer, crisis de pánico, depresión, colon irritable, insomnio crónico, arritmias cardíacas, etc., etc..
Todo esto dependerá de la intensidad del estímulo o su repetitiva frecuencia. Si las ondas irritativas son intensas o muy repetitivas le bloquearán al cuerpo su mecanismo de auto defensa impidiendo su auto sanación y por ende, la aparición del síntoma y/o patología.
¿Dónde aparecerá este síntoma o lesión?
El órgano o sistema afectado será muy personal y seguramente determinado a priori, de acuerdo a la carga genética de cada uno.
Quizás y ahora leyendo esta explicación puede uno entender por qué sufre de cierta dolencia; seguramente muchos de ustedes se darán cuenta y vincularán muchas de sus dolencias a un shock emocional, a un gran trauma o a un gran stress. A modo de ejemplo, una chica puede dejar de menstruar o adelantarse su ciclo cuando se está preparando para un crucial examen o cuando tenemos un empuje de migraña luego de un stress fuerte o nos duele la espaldao el cuello. luego no podemos dormir o descansar bien después de una muy mala noticia, entre otros.
Otro ejemplo clásico y banal pero muy demostrativo es cuando una persona se pone muy nerviosa y debe ir rápido al baño. En ese caso las ondas irritativas se dirigen directamente al aparato digestivo acelerando su peristaltismo.
De la misma manera, los mismas personas que somatizan o sufren de esta manera, seguramente no la padezcan cuando están de vacaciones siempre y cuando el daño no haya determinado una lesión orgánica. Entonces queda claro que frente a diferentes situaciones el SNA puede ser irritado al recibir una información no esperada y liberar descargas hacia otros órganos. También cualquier cicatriz quirúrgica, infección, inflamación, traumatismo, afección odontológica, etc. padecidas en cualquier parte del organismo y en cualquier momento dela vida, puede actuar como un Campo llamado Interferente, liberador también, de descargas a través de la red del SNA. Así podemos entender cómo a partir de una intervención quirúrgica pueden aparecer “enfermedades que aparentemente no están relacionadas con esa operación” como alergias, migrañas, dolores o estreñimiento. Los campos interferentes se instalan dentro del cuerpo y en las células como parte de la memoria biológica, perpetuando así el desequilibrio que generan.
¿cómo actúa la procaína?
Una célula en condiciones normales para realizar sus funciones necesita producir una energía que varía entre 40 y 90 milivoltios según el tipo de célula. Cada una funciona como una pequeña batería con la capacidad de auto recargarse constantemente para seguir funcionando. Si una célula recibe ondas irritativas a través de la red del SNA o se encuentra en una zona donde existe un campo interferente no se pueden recargar de manera correcta y quedan en un estado de despolarización. Este bloqueo energético es reparado por la Terapia Neural al aplicar procaína, que tiene un alto potencial eléctrico de 290 milivoltios que al ser aplicados en una micro dosis en zonas estratégicas, sobre un tejido afectado o un campo interferente produce un estimulo energético sobre las células permitiendo que se repolaricen, recuperando así la función afectada o interferida y permitiendo al organismo su AUTO SANACIÓN.
La procaína es un anestésico local largamente utilizado desde fines del siglo XIX; en la Terapia Neural se utiliza en concentraciones inferiores al 1%, por lo que su efecto anestésico es bastante limitado ya que no es lo que se busca con la aplicación. Se metaboliza rápidamente en el organismo y no tiene en estas concentraciones efectos adversos y son muy raras las reacciones alérgicas. La procaína permite que las funciones celulares se recuperen y los síntomas de la enfermedad se alivien.
La finalidad de la Terapia Neural es facilitar los mecanismos de auto curación del organismo enfermo, y como terapia reguladora.
A nivel mundial se aplica con inusitado éxito en insomnio, migrañas y cefaleas tensionales, colon irritable, duodenitis y gastritis, estados depresivos, adicciones, problemas circulatorios y de tensión muscular, toda patología en donde haya una alteración funcional del sistema nervioso, endocrino o inmune, endometriosis, enfermedades del aparato locomotor entre otros.
Dr. Ariel Luksenburg