El padre Pedro Opeka es Candidato al premio Nobel de la Paz por la gran obra que realizo en África, lugar donde llegó con solo 22 años y luego de impactarse por la enorme probreza decidió hacer algo y termino creando una verdadera ciudad, con 17 barrios, 5 guarderías y 4 escuelas.

Cuando tenía 10 años ayudaba a su padre a levantar paredes en la construcción. A los 14 ya había leído la Biblia. A los 17 conoció lo que era la pobreza de los Mapuches del Sur y les construyó una casa para que se resguardasen del frío. A los 22 viajó a Madagascar, uno de los países más pobres de África, y se instaló para siempre. Allí rescató a más de medio millón de personas que vivían de la basura, creó pueblos y colegios y hoy es considerado el “Albañil de Dios”.

Le tomó tiempo ganar la confianza del pueblo y utilizó el fútbol para acercarse a la población y romper con el estigma de ser el único blanco. En 1990, puso la primera piedra en Akamasoa (que significa “Los buenos amigos” en el idioma malgache), un lugar para los pobres. Para quedarse a vivir allí solo es necesario trabajar, enviar los hijos al colegio y respetar las normas básicas de convivencia. Akamasoa se convirtió en una gran ciudad, con 17 barrios y 25 mil personas; el 60% menores de 15 años. Hay 5 guarderías, 4 escuelas, un liceo para mayores y 4 bibliotecas. En total, 10 mil los escolarizados.

En Argentina muy pocos lo conocen, pero en el mundo circulan más de 10 libros sobre su obra y su trabajo quedó registrado en 7 documentales, incluido uno de Jacques Cousteau. También lo llaman “La Madre Teresa con pantalones”, “Soldado de Dios”, “El Santo de Madagascar” o “El apóstol de la basura”.

Pedro Pablo Opeka (n. en elPartido de General San Martín,provincia de Buenos Aires,Argentina, el 29 de junio de 1948), también conocido como el Padre Pedro,1 es un sacerdote católico que trabaja como misionero enMadagascar. Es en ese país africano, uno de los más pobres del mundo, vio a chicos descalzos viviendo en un basurero y decidió ayudarlos a tener una vida digna. Con la ayuda de la fundación «France Libertés», lo producido y la ayuda de jóvenes del lugar levantó casillas precarias que fueron reemplazadas por casas de ladrillos de dos pisos y les enseñó a vivir con lo que ellos producen. Los grupos de casas fueron así creando una ciudad levantada donde estaba el basurero, y además Opeka fundó una organización sin fines de lucro llamada Akamasoa, dedicada a darles trabajo a sus habitantes.

Por sus servicios a los pobres obtuvo la Legión de Honor, en 2008,3 y ha sido propuesto al Premio Nobel de la Paz por Francia, Eslovenia y Mónaco

actualmente sacerdote de la congregación de San Vicente de Paul, y lleva más de treinta años como misionero en Madagascar, uno de los países más pobres del planeta.

La primera vez que estuvo en esa isla vio a cientos de chicos escarbando y viviendo descalzos en un inmenso basurero de veinte hectáreas en las afueras de Antananarivo, capital deMadagascar, África, y se dijo a sí mismo: Acá no hay que hablar porque sería una falta de respeto hacia ellos, sino que debemos ponernos a trabajar.2

El ser un hombre blanco constituyó su primer obstáculo para poder ayudarlos. Pero encontró la manera de acercarse jugando al fútbol, una de sus pasiones. Así fue ganando su confianza.

Uno de los primeros proyectos de Opeka fue la remodelación de un hospital, en conjunto con la fundación «France Libertés» (ONG francesa dirigida por Danielle Mitterrand). Opeka conoció a la ex primera dama francesa a través del hijo de ésta, Gilbert, ya que jugaba al fútbol con él. El relato del Padre Pedro muestra las carencias sanitarias del país:

Caí enfermo, tan enfermo que casi me muero. No podría haber sido de otra manera. El centro hospitalario de la ciudad está completamente desprovisto de todo material y es un desafío a las reglas de higiene. Me habría muerto si mi congregación no me hubiera repatriado a Francia. ¿Cómo puedo presentarme ante mis fieles y persuadirlos de que se hagan tratar en el hospital, cuando conozco lo que es?

El hospital fue renovado por los habitantes de la zona, y el material médico aportado por la fundación.
Además, creó una pequeña casa para los niños, de cuatro por cuatro metros, junto al vertedero de basura, para darles leche o té. Jugaba con ellos, les cantaba y les enseñaba a escribir. Sobre el basurero vivían unas cinco mil personas. Convocó a algunos jóvenes que conocía del país que estaban desempleados para que lo ayudaran. Él afirma que el haber sido obrero de la construcción de joven le permitió tener buenas ideas para saber como crear fuentes de trabajo con pocas herramientas y materiales para los indigentes. Por ejemplo, los entusiasmó con la idea de convertir una montaña de granito en piedras y adoquines, para luego venderlos para la construcción. De esa manera nació la cantera en la que trabajaron hasta 2500 personas que hasta entonces vivían de la basura. Luego aprovechó el vertedero para crear una empresa de venta de abono natural.

Con lo producido y la ayuda de los jóvenes logró que se levantaran casillas precarias en los bordes del vertedero, que fueron reemplazando por casas de ladrillo de dos pisos, que él mismo iba levantando, al mismo tiempo que les enseñaba a ellos cómo hacerlo. Los grupos de casas fueron creando diecisiete pueblos pequeños que a su vez conformaron toda una ciudad levantada en el sitio donde estaba el basurero. Cada uno de esos pueblos posee su comité y las resoluciones se toman entre los representantes de cada comité. Se crearon escuelas primarias, secundarias, un liceo y un jardín de infantes, dispensarios, un pequeño hospital y dos maternidades.1 Hay más de cuatrocientos colaboradores del padre, entre técnicos, docentes, médicos y enfermeros. El lugar posee agua potable y un comedor.

Los Niños que vivían de la basura encontraron como vivir de manera digna junto al sacerdote.
De esta manera, además de evitar que miles de chicos continuaran revolviendo en la basura, les posibilitó una vida digna a más de trescientas mil personas al crear la organización no gubernamental denominadaAkamasoa (buenos amigos, en lenguamalgache), a doce kilómetros de Antananarivo, en dirección a Tamatave.

Esta organización ayuda a la gente pobre con complejos habitacionales, educativos y laborales donde viven cerca de veinte mil personas, y de ellos nueve mil son niños que van al colegio. Además el Padre Pedro los invita a rezar a la misa del domingo, oficiada con una liturgia que tiene en cuenta la cultura del lugar y a la que asisten miles de personas, entre ellos turistas que luego difunden su obra en el resto del mundo.

Los puestos de trabajo de la organización se crean a partir de la explotación de la cantera de piedra y grava, a la actividad artesanal y talleres de bordado, al centro de compost implementado junto al vertedero, a la separación y clasificación de la basura, a tareas agrícolas y a tareas de la construcción (como albañiles, carpinteros, ebanistas, operadores y obreros que adoquinan las calles).

Para financiarse cuenta además con redes de amigos que juntan donaciones, tresONGs en Francia y una en Mónaco y la ayuda de Manos Unidas, de la Comunidad Europea.

Dijo Danielle Mitterrand sobre el trabajo realizado por el Padre Opeka:

Todo está tan bien organizado que pienso en el milagro que puede ocurrir cuando se encuentran un hombre animado por una feroz voluntad y una situación por más deplorable que parezca.